sábado, 28 de marzo de 2015

La Misión

 "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.(Jn. 3:16-18)" 

Una de las ordenes de Dios que mas olvidamos es la misión que cada uno de nosotros debemos cumplir, la predicación de la Palabra de Dios (Evangelismo). No debemos olvidar la misión misma de Dios en su Hijo Unigénito, el cual ingresó a este mundo caído y perverso, cumpliendo la ley perfectamente, tomando nuestra maldición y bebiendo la copa de la ira de Dios... Más ¿cómo creerán, si no se predicase el evangelio?, ¿cómo rechazarán el creer sin un previo mensaje predicado?
Predicación Puritana

La misión de Dios en su pueblo continúa, más  en estos versículos vemos que Juan nos muestra algo muy importante, y me refiero al... "Porque de tal manera amo". Dios en su Hijo nos muestra su amor inmerecido, un amor que lo mueve a entregarse a sí mismo por su creación, "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros"(Rom. 5:8).
Amor que nos debiera mover a predicar el Evangelio al perdido, ya que se presupone que si verdaderamente amamos a Dios, naturalmente este amor fluye hacia el pecador.

Hace un tiempo atrás escuche a un Pastor presbiteriano predicar, y el hacía una comparación que la encontré muy practica y objetiva, en le sentido de siervos y canales de bendición que debemos ser, él hablaba de una manguera en forma de "L" la cual apuntaba al cielo y al campo debajo de nuestros pies, es aquí donde quiero detenerme un momento, ya que nuestra vida debe estar completamente sumida en la presencia de Dios, mirando y contemplando su gloria, anhelado su venida, deleitándose siempre en Él, de esta manera seremos canal de bendición donde el agua (Palabra) corre  y riega los campos con la predicación del Evangelio de Jesucristo. ¿Está nuestra vida sumida en su presencia?...

Mas que necesario es nuestra obligación (en amor) el predicar el Evangelio. Dios nos ayude querido hermano, y que su Palabra nos lleve por el camino correcto, primeramente a amar a Dios por sobre todas las cosas, y que Él sea el centro de nuestra vida (Deut. 6:5-9). 

"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.(Mat. 28:19-20)"

Gracia y Paz. Soli Deo Gloria.


No hay comentarios.: