Thomas Watson |
(8) El amor a Dios es el mejor amor propio. Es amor propio salvar el alma; amando a Dios promovemos nuestra propia salvación."El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él"(1 Jn. 4:16). El que tiene a Dios habitando en su corazón puede estar seguro de habitar con Dios en el cielo. Así, pues, amar a Dios es el más auténtico amor propio; el que no ama a Dios no se ama a sí mismo.
(9) El amor a Dios evidencia sinceridad. "Con razón te aman"(Cnt. 1:4). Muchos hijos de Dios temen ser hipócritas. ¿Amas a Dios? Cuando Pedro estaba deprimido por su sentimiento de pecado, se consideró indigno de que Cristo le tomara siquiera en consideración, o siguiera empleándolo en la obra de su apostolado; pero veamos cómo Cristo busca consolarle. "Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?" (Jn. 21:16). Como si Cristo hubiera dicho: "Aunque me has negado por temor, sin embargo, si puedes decir de corazón que me amas, entonces eres sincero y recto". Amar a Dios es mejor señal de sinceridad que temerle. Los israelitas temían la justicia de Dios. "Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios" (Sal. 78:34). ¿Pero en qué quedaba todo esto? "Pero le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían: pues sus corazones no eran rectos con él, ni estuvieron firmes en su pacto" (vv. 36, 37). El arrepentimiento que surge solamente del temor a los juicios de Dios no es mejor que la adulación, y no conlleva amor. Amar a Dios evidencia que Dios posee el corazón; y si el corazón es suyo, esto condicionará el resto.
(10) Mediante nuestro amor a Dios podemos deducir que Dios nis ama. "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero" (1 Jn. 4:19). "¡Oh! -dice el alma-, si supiera que Dios me ama, podría regocijarme". ¿Amas tú a Dios? Entonces puedes estar seguro de que Dios te ama a ti. Es como con las lentes de aumento; si la lente quema, es porque en primer lugar el Sol ha brillado sobre ella, de otra manera no podría quemar; así también, si nuestros corazones arden de amor a Dios, es porque el amor de Dios ha brillado sobre nosotros en primer lugar, de otra manera no podríamos arder de amor. Nuestro amor no es sino el reflejo del amor de Dios.
(11) Si no amas a Dios, amarás alguna otra cosa, ya sea el mundo o el pecado; ¿y son estas cosas dignas de tu amor? ¿No es mejor amar a Dios que estas cosas?
Bueno amigos los dejo con la tercera parte, en unos días más tendremos la cuarta parte de esta exhortación a amar a Dios del libro "Consolación Divina" de Thomas Watson. Dios les bendiga. Coram Deo.
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